lunes, 5 de mayo de 2014

Tableros de Pinterest.

En esta nueva entrada podéis encontrar dos enlaces pinchando en "Poetas del Siglo de Oro" o bien en "Cuadros del Siglo de Oro", si pincháis se os abrirá una ventana donde podréis ver un tablero con los poetas o con los cuadros.

domingo, 23 de marzo de 2014

Lazarillo S.XXI

Yo soy Rober Dalas, un niño activo, con el pelo rubio, larguito y siempre despeinado, ojos verdes, morenito de piel y vestido casi siempre con un peto vaquero. No me gustaba ducharme, así que siempre estaba sucio, bueno menos cuando mi madre me bañaba a cambio de un trozo de pan, aunque ahora no quiero hablar de ella. Psicológica
Rober Dalas.
mente no es que fuera fuerte, aunque cuando me vi solo en la puerta de una iglesia totalmente desconocida, mi mente no sé si se volvió más

fuerte o si quiso acabar conmigo directamente. El caso es que ese era yo, a lo largo de la carta veréis como mi físico y mi mente se desarrollan bruscamente.

Yo era un joven nacido en un pueblo rico, o más o menos económicamente estable, en Vélez (Málaga), pero el 8 de Mayo de 1999, comenzó la peor pesadilla para mi, más tarde conocido como el joven Rober Alas, pero no solo mi peor pesadilla o temor, sino la de muchos otros niños. Fui abandonado por mi madre en la puerta de una iglesia. 

No sé a donde ni porque, mi padre se marchó de casa cuando yo solo tenía 1 año de edad, no recuerdo absolutamente nada de él. Yo vivía entonces con mis 7 hermanos mayores que yo, por mala suerte para mi, yo era el pequeño. Todos fueron muy malos conmigo, menos el mayor de todos, que me defendía y protegía casi siempre por ser el menor de los 7. Cuando tenía 4 años sucedió una situación que nunca olvidaré.

Eran sobre las 6 de la mañana cuando alguien aporreaba la puerta cada vez más fuerte, y mi madre gritando y asustada le pedía por favor que se fuera, pero el hombre insistía e insistía, hasta que a uno de mis hermanos le escuché hablar con otro de ellos:

  - ¿Es papá?-
  - Sí, es papá, pero tranquilo, tu metete en la cama-

Entonces se metieron en el cuarto y cerraron la puerta. Mi hermano, el mayor de todos, tenía aún 15 años, pero de todos modos estaba ayundando a mi madre a echar a aquel hombre, el cual era mi supuesto padre. Después de una media hora de golpes y gritos parecía que se había ido. Entonces pudimos calmarnos.

Al cabo de un par de meses tuvimos que mudarnos a un barrio marginal llamado La Palmilla (Málaga), debido a que mi madre huía de mi padre (¿Por temor? No lo sé, nunca lo sabré), también porque nuestra situación económica cayó empicada y tuvimos que mudarnos a un barrio mas pobre.

A medida que iba creciendo iba a peor, a los 5 años, me fui volviendo travieso, malo y supongo que debido a eso y que no aportaba nada a casa porque era el pequeño, mi madre decidió abandonarme.

  -Cariño, un buen hombre vendrá a traerte algo de comida. No tardaré, quedate aquí-
  -Vale mami- dije yo inocentemente.

Tras esas palabras, mi madre con lágrimas en los ojos (en ese momento yo no sabía el porque), me abrazó y se marchó. Desde entonces solo la he vuelto a ver una vez, y no fue muy agradable.

Ahora que tengo 20 años, me doy cuenta de cuál fue mi gran error, la droga, pero por suerte encontré a Alexandra, Alex, mi nena y gracias a su ayuda conseguí salir de esa gran mierda.

Después de ver a mi madre irse, la esperé horas sentado en la puerta de aquella iglesia, con la esperanza de que volviera, pero no volvió. Pasaban las horas y las horas y seguía allí solo, a kilómetros de mi casa, sin saber cómo volver. Por un momento pensé que se había perdido de vuelta a aquí,  pero más tarde comprendí que no, que no volvería, que ahora solo dependía de mi, un niño de tan solo 5 años.

Se hizo de noche y ¿ahora qué?, anduve hacía no sé donde, estaba perdido, hambriento y cansado, así que me senté junto a un contenedor de basura en un callejón oscuro y ahí me dormí por el cansancio. Durante la noche me desperté asustado, así que decidí meterme en el contenedor, después de varios esfuerzos lo conseguí, me sentía más seguro ya que tenía 4 paredes donde refugiarme. Pude dormir varias horas más. Cuando desperté al amanecer, un hombre que me sacó de allí dentro, era un hombre sucio y solo y parecía no tener casa, como yo ahora. Pero con la diferencia de que él era un anciano y yo solo un niño.
 
  -¿Cómo te llamas pequeño?- me preguntó aquel hombre, pero yo no contesté debido a el miedo que sentía.
  -Yo soy Willow- dijo de nuevo. Vi que parecía un buen hombre así que me decidí a hablar con él.
  -Rober- dije con la vista hacia el suelo, aún asustado.
  -No tengas miedo, no voy a hacerte daño ¿tienes hambre?- me preguntó Willow.

Asentí con la cabeza, entonces él sacó un trozo de pan de su vieja chaqueta y me lo dio. Comí rápido y con ansia, realmente estaba hambriento.

Willow era un hombre anciano de unos 80 y pico de años, tenía los ojos marrones, también una gran barba blanca y el pelo pobre, casi calvo, pero también blanco. Vestía un gran abrigo muy estropeado y ropa de chándal también muy estropeada. Descubrí que si tenía casa, vivía de ocupa con varios niños que también fueron abandonados y él sacó de la calle. Durante varios años, Willow me ayudó a sobrevivir, y me enseñó muchas cosas, a parte de enseñarme a robar, pero sobre todo me enseñó a valerme por mi solo en este mundo de mierda.
Willow


Salíamos varios niños juntos a robar, ahora ellos eran mi familia, me convertí en un experto. Mientras varios de nosotros entreteníamos a la gente, otros íbamos robándoles. Con tan solo 8 años ya me había convertido en un gran ladrón. Cuando iba solo a robar, como me perseguían, me saltaba por los tejados de las casas, ya que mi cuerpo estaba perfectamente capacitado para eso, era fuerte y ágil. Después me tiraba al vacío y por los tendederos de cuerda, bajaba hasta llegar al suelo y corría. Entonces empezaron a reconocerme como el joven Rober Alas.

Cuando tenía 10 años me peleé con Willow y al poco tiempo calló enfermo y murió. Durante los 5 años de mi vida que estuve junto a él, se convirtió para mi en el padre que nunca tuve y entonces me di cuenta de que empecé a sufrir tras su muerte, realmente me afectó mucho, estuve a punto de caer en la droga, pero logré superarlo. La casa se volvió un caos, empezaron a robarse entre sí, se peleaban y algunos hasta llegaron a morir por un trozo de pan que llevarse a la boca. Así que decidí marcharme de aquella casa, ya que era Willow el que ponía el orden para que eso no ocurriera.

Solo, otra vez. Me vuelvo a ver como al principio. Continué robando, ese mismo día tuve suerte y encontré una casa vacía, me instalé en ella y ahora estaba de ocupa.

Nunca me ha gustado cumplir años, pero ya tenía 11. Yo creía que esa noche iba a ser tan aburrida como siempre, pero no fue así. Escuché unos gritos que parecían venir de la calle, así que me levanté corriendo. Y allí estaba el cobarde, un hombre borracho que pegaba a una chica. Le eché valor y me lancé hacia el hombre para defenderla, no la conocía de nada pero la ayudé.
 
  -¿Quién te crees que eres tu para meterte?- dijo aquel hombre.

Entonces se cebó conmigo y empezó a pegarme una paliza. Por detrás pude ver como la chica lo intentaba agarrar, pero no logré ver su cara.




  -¡No papá, por favor dejale!-

Cuando él se cansó de pegarme, cogió a la chica de los pelos y se la llevó a rastras. Recuerdo que entré en ¨mi casa¨ echo una mierda. Apenas si podía moverme, me dolía todo.

Semanas después, caminando por las calles para ver si podía robar, vi a una mujer que me recordó a alguien, cuyo nombre no quiero decir ni recordar. Pero mi mundo se vino abajo cuando descubrí que esa mujer con aquel vestido tan corto era mi madre. Tenía los ojos fijados en un objetivo, estaba muy seguro de lo que iba a hacer, porque realmente, mi sangre hervía. Estaba furioso. Me acerqué a ella con pasos muy decididos, la agarré del hombro y la giré hacia mi. Era ella realmente.

  -¿Como pudiste? ¡Maldita sea! Soy tu hijo, al menos lo era, tu para mi ya no eres mi madre. Me abandonaste en una iglesia y mirate ahora... - quiso interrumpirme para hablar, pero no quería ver su boca moverse, me daba asco. De la impotencia no pude evitar empujarla, mi mandíbula se tensaba por momentos. Volví a empujarla, pero me di cuenta de que no merecía la pena.- Maldita puta..- dije intentando susurrarle, pero más que un susurro fue un grito, entonces salí corriendo de allí. Nunca he olvidado ni olvidaré su cara, desencajada y pálida.

Lo de mi madre me afectó tanto que llegué a meterme en cosas muy malas y adictivas, la droga. Conocí a gente que me perjudicó y me metió en ella. Yo creí que jamás saldría de esa gran mierda, hasta que ella entró en mi vida y me salvó.

Cuando tenía 15 años volví a encontrarme con aquella chica a la que una vez salvé de su padre, la chica con la que ahora comparto mi vida, Alex.

Todo sucedió cuando escuché gritos de ayuda dentro de una casa, tenía la puerta abierta, así que pude ver desde fuera como un hombre forzaba a una chica, no sé porque entré allí, pero lo hice, de momento pude ver como el hombre y ella se detenían para mirarme, la tenía sobre una mesa, estaba intentando violarla, era una chica de unos 14 años. El hombre la soltó para echarme de allí, pero antes de que pudiera tocarme, la cogí del brazo y salí corriendo con ella, corrimos unas cuantas de calles y nos detuvimos.

  -¿Estas bien?- le pregunté.
  -Sí, gracias por salvarme de nuevo- me respondió ella.

No sabía de que estaba hablando hasta que me recordó cuando la salvé de su propio padre cuando yo solo tenía 11 años.

  -Me llamo Alex-
  -Yo soy Rober-

En aquel momento noté como si tuviera mariposas recorriendo mi estomago, entonces supe que me enamoré de ella.

Hasta entonces he continuado viéndome con Alex, bueno ahora tengo una relación estable de pareja con ella y un hijo en común, Justin, que ahora tiene 1 año.

¿Cómo logré salir de la droga? Os lo voy a contar, fue un momento de lo más duro para mi.
Cuando conocí a Alex estaba muy enganchado a la droga, pero con su ayuda fui bajando la dosis, cuando tenía el ¨mono¨ la llamaba y ella me ayudaba a superarlo, es verdad que a veces quería matarla, porque no me daba la dosis, pero gracias a eso estoy curado de la droga.

Vélez

La palmilla





lunes, 10 de febrero de 2014

Complemento del régimen.

Era una mañana refrescante de Septiembre, la cual llevábamos esperando mucho tiempo para poder hacer una de las rutas en bicicletas que tanto nos gustaban y que debido al calor, es una de las que no se pueden hacer durante el verano. Al amanecer este maravilloso día, no hizo falta mucho más que vernos todos en el desayuno para saber lo que íbamos a hacer hoy , ya que todos nos dimos cuenta de que era el momento de retomar nuestra ruta preferida. Aunque teníamos otros quehaceres, los modificamos para poder hacer la ruta, así que rápidamente nos organizamos, preparamos algo para comer al aire libre junto al lago y antes de que volviera el calor sofocante del mediodía cogimos las bicicletas y comenzamos a pedalear y a recordar los buenos momentos que hemos pasada en este paseo.